Recetas de leche frita

Leche frita: casera y fácil

Leche frita de Arguiñano

Leche frita de Arguiñano

Este es uno de los postres más apetecibles y deliciosos de nuestra gastronomía. Nadie se resiste a un bocadito de leche frita rebozada.

Como el nombre indica, este postre no es recomendable para personas intolerantes a la lactosa, o que están haciendo dieta, pero siempre se le puede dar un giro a la receta, sustituyendo la leche por versiones sin lactosa, como la leche de almendras, coco, etc.

El sabor y el aroma no serán los mismos que con la leche de vaca, pero aún así producirá un fabuloso resultado.

Y si quieres reducir las calorías, puedes hornearlo en el horno en vez de freírlo en aceite. Una vez más, no quedará tan jugoso y sabroso, pero por lo menos eliminas las calorías de la fritura.

Ingredientes para 4 personas

  • Medio litro de leche entera
  • 120 gr. de harina floja
  • 100 gr. de azúcar glas
  • 2 huevos
  • La piel de 1/2 naranja
  • 1 palo de canela
  • Harina para rebozar
  • 1 huevo para rebozar
  • Azúcar y canela molida para decorar
  • Aceite de oliva virgen extra, para freír

Elaboración de la leche frita al estilo Arguiñano:

Empezamos calentando la leche a fuego medio-alto en una olla grande, con la canela y la piel de la naranja. Cogemos un poco de la leche caliente, en la que vamos a añadir la harina y el azúcar glas tamizados, para disolverlo bien.

La idea de mezclarlo a parte en un poco de leche caliente, es que no queden grumos. Hay que mezclarlo bien y, si es necesario, utilizar la batidora para que no quede ningún grumo de harina.

Incorporamos los 2 huevos y lo batimos bien hasta que quede una mezcla homogénea.

Colamos esta mezcla con un colador de malla fina para asegurarnos de que no quedan grumos, y añadimos la mezcla a la leche infusionada.

Retiramos la piel de naranja y el palo de canela, y lo ponemos de nuevo al fuego para que se caliente, sin dejar de removerlo, hasta que espese, más o menos 5 minutos.

Una vez tenga una consistencia semi líquida, lo vertemos en una fuente amplia, baja y resistente, para que enfríe completamente. Primero lo dejamos a temperatura ambiente, y cuando esté casi fría, lo ponemos en el frigorífico durante unas horas.

Cuando este bien fría, lo cortamos en rectángulos no muy grandes. Para cortarlo sin romperlo, es recomendable calentar el cuchillo con agua caliente previamente.

Cada rectángulo lo pasamos primero por harina, y luego por huevo batido para rebozarlo.

Ponemos una sartén grande con un chorro generoso de aceite de oliva a calentar a fuego medio-alto. Cuando el aceite esté caliente, freímos los rectángulos de leche frita primero por una parte, y luego por la otra, hasta que estén dorados.

Los escurrimos sobre papel de cocina y dejamos que enfríen ligeramente.

Mientras tanto, preparamos un plato con azúcar y canela en polvo, en la que empaparemos nuestra leche frita. Lo mejor es hacer esto mientras la leche está un poco caliente, para que el azúcar y la canela se adhiera mejor.

Notas

Es importante que la piel que cortemos de la naranja sea muy fino, sin coger la parte blanca que, como ya sabéis, es la que amarga.

Si quieres un resultado más crujiente, en vez de rebozar los cuadrados con harina, hazlo con pan rallado.